Estimados y apreciados lectores, de nuevo con
ustedes, vamos a conversar y profundizar un poco, sobre el tema de jubilación
de los funcionarios públicos, en este orden de idea, se debe indicar que Ley del Estatuto sobre el Régimen de Jubilaciones y
Pensiones de los Funcionarios o Empleados de la Administración Pública Nacional,
de los Estados y de los Municipios, es
esta ley que garantiza dicho régimen, la jubilación está concebido por nuestra Carta
Magna como uno de los derechos sociales fundamentales de los ciudadanos, que
envuelve el derecho a vivir una vida digna en razón del tiempo de servicio que
se ha prestado, sea en la empresa privada o en cualesquiera de los organismos
públicos, y que abarca no sólo el derecho a la jubilación propiamente dicho
sino a las ventajas y consecuencias materiales que deriven de ese derecho, cuyo
goce debe ser garantizado y respetado por el Estado.
El artículo 80 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, establece el derecho constitucional a obtener una
jubilación, previsto como un derecho social, en el marco de la seguridad social
que debe garantizar el Estado; nuestro máximo tribunal de la República, en una
sentencia N° ° 3/2005, caso: “Luis Rodríguez Dordelly y otros”, señaló que no
puede desconocer el valor
social y económico que tiene la jubilación, pues ésta se obtiene luego que una persona dedica su vida útil al servicio
de un empleador, y conjugado con la edad la cual coincide con el declive de esa
vida útil el beneficio de la jubilación se configura como un logro a la
dedicación de un esfuerzo que se prestó durante años.
Entonces mis queridos lectores amigo
funcionario público, el objetivo primordial de la jubilación es que su titular,
que cesó en sus labores diarias de trabajo mantenga la misma o una mayor
calidad de vida de la que tenía, producto de los ingresos que ahora provienen
de la pensión de jubilación, con la finalidad de asegurar una vejez cónsona con
los principios de dignidad que recoge el la norma constitucional, en su
artículo 80 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Para mayor entendimiento usted amigo
funcionario público, o familiar de un funcionario público para que tenga
conocimiento de la ley, la jubilación es un beneficio o pensión que
se le otorga a los funcionarios públicos, previa la constatación de los
requisitos establecidos en la ley, como lo son la edad y un determinado tiempo
de servicio dentro de la Administración Pública.
Además de ello, es un deber del Estado
garantizar el disfrute de ese beneficio ya que el mismo tiene como objeto
otorgar un subsidio perenne e intransferible al funcionario, que previa la
constatación de ciertos requisitos, se ha hecho acreedor de un derecho para el
sustento de su vejez, por la prestación del servicio de una función pública por
un número considerable de años.
La intención del legislador cuando creo la
ley del Estatuto sobre el Régimen de
Jubilaciones y Pensiones de los Funcionarios o Empleados de la Administración
Pública, que este derecho priva aun sobre los actos
administrativos de remoción, retiro o destitución, aún cuando estos sean en
ejercicio de potestades disciplinarias, ya que debe la Administración proceder
a verificar si el funcionario ha invocado su derecho la jubilación o éste puede ser acreedor de aquel,
razón por la cual, priva dicho derecho aún sobre los actos de retiro de la
Administración Pública.
Unos de los requisitos, por las cuales pueden exigir, o
solicitar su jubilación funcionario usted, que se encuentra leyendo, es cuando
el hombre alcance 60 años, o la mujer con 55 años de edad, y acumule por lo
menos 25 años de servicio; por otro lado, se debe mencionar que la jubilación
como derecho no puede concebirse como una facultad arbitraria de los eventuales
titulares de cargos en el sector público, su concepción como derecho
fundamental exige profundizar su reconocimiento con independencia de los
intereses circunstanciales de las instituciones o de las políticas de personal
en el marco de la potestad organizativa de los entes públicos; lo cual no es
posible, si se solapa su exigibilidad al cumplimiento de extremos
formales que en algunos casos como el presente, niegan el reconocimiento de las
mínimas condiciones de dignidad a una persona que cumplió con los extremos
mínimos constitucionalmente relevantes como son la condición física y estatus
jurídico en su vinculación con el sector público a los fines de la jubilación.
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